Historias de muñecos

Por Kurkurrucho 
Esta es una mesa donde hablamos de futbol. Esa es la idea. Sin embargo cuesta tanto hablar de futbol hoy por hoy. 
¿Cómo hablar de futbol cuando el campeón en el torneo local es un equipo de Alfaro, con lo que eso significa y que casualmente se llama Arsenal, está en Sarandí y es la casaquinta de los Grondonas?.
Así, con “s” final, como la serie de los mafiosos. No casualmente.
O en América, donde el campeón es un equipo que habla portugués, hace de local en San Pablo pero parece italiano más que brasilero.
Donde la cuota de futbol, las únicas y míseras gotas de juego que mostró contra Vasco, Santos y Boca las estrujó un gordito pelado, más cercano a un jugador de campeonatos barriales que a un profesional.
Entonces,si por aca no hay,  hablemos al menos de futbol europeo.
Hablemos del Barza o del Real o del Bayer…
No, el campeón, el “mejor”,  ha sido otro equipo italiano, catenaccista a ultranza, disfrazado de inglés, que hace de local en Chelsea, donde la primera medida de su genuinamente italico DT ha sido reforzar los travesaños y seguir adobando con anabólicos al 9.
¿Cómo hablar de futbol entonces?
Quizás el único bálsamo a tanto fracaso del juego frente a la especulación, los atletas y el picapedrismo sea esta España de Iniesta, Xavi, Silva que a fuerza de convicción gana y pierde con la suya.
Esa, que alguna vez fue la nuestra.
Esa, con la que se gana más de lo que se pierde.

Por eso, como sobre futbol no hay ni de qué hablar y como de política no se puede hablar sin correr el riesgo de ser imputado de recibir sobres  con billetes por el simple hecho de defender el futbol en la TV abierta, digamos, permítanme entrar en un tema que Sergio vino a compartir y que, en lo personal también es muy caro a mis afectos.
Esto es, la salida de Juan Román Riquelme de Boca.
De este Boca cooptado (palabra que usan de aquel lado a cada rato pero poco se autoaplican cuando siempre es más pertinente en ellos) por el Macrismo más feroz y por el resultadismo de cara agria y gesto torvo de un DT ajeno a la historia boquense.

Primero he de decir, aun cuando esto ya lo saben mis amigos de La Mesa, que creo que JRR encarna futbolísticamente la más pura esencia de “la nuestra” (aunque se enoje el filósofo mediático de medias del barrio de Liniers). 
Esa "nuestra"que ahora tiene, está en poder de España
La nuestra digo a modo de definición explicativa de JRR, y por favor ni intento iniciar un debate respecto a ¿Qué es la nuestra?
Ya hemos pasado por eso.
La nuestra entendida aquí (aunque si quieren, no lo sea)  como pisar la pelota, pensar, tocar corto, de rastrón, jugar, jugar y jugar. O al menos, como dice Cappa (otro hereje), intentarlo.
JRR encarnó y encarna, (ojala puédamos (como dice el Pepe y siguen llegando invitados) mantener el presente) la ilusión de ir a la cancha y encontrar esa intención de juego.
 Los que somos de Boca  y allá por diciembre votamos, supimos que esta CD, ganadora de las privatizadas elecciones boquenses, no lo quería ni lo querría nunca en Boca.
Por allí, en algún blog partidario escribí que a JRR siguen facturándole su mejor jugada.
La más reivindicatoria del juego, sus protagonistas y la pelota.
Aquel Topo Gigio, mas repentino, impensado y trascendente en el tiempo que cualquier caño a Yepes o pisada a Makelele.
De hecho, Yepes o el moreno ni se deben acordar de la jugada, en cambio, el clon pedorro de Mercury llevara tatuada en la frente a fuerza de repeticiones esas orejitas fabricadas con las manos.
Y no hay Duran que pueda borrarlas.
Diez años después la marca sigue y  como dijo el Chirolita a cargo de la presidencia “A él le hizo el Topo Gigio: (Mauricio) es un tipo de memoria, mucho no le gusta eso. ” ¿como olvidarse si su imagen esta mas asociada al Topo que la de Mareco!!

La primera acción contra el 10 de esta CD fue confirmar como DT a Falcioni, un orientador táctico mezquino, picapiedra y resultadista probadamente ajeno a la historia "frentista" de Boca
Instalado en las antípodas del 10 en lo futbolístico.
Un cachafáz amigo de negociados y coimas en las incorporaciones, secundado por un representante con prontuario y sin curriculum, todo lo que lo alejaba aún más del 10 en lo ético.
El mismo DT que había querido sacarlo del medio, sin resultado (futbolístico ni práctico) en el inicio de su gestión.
La apuesta del macrismo fue llegar a esta situación actual producto del rol del 10 como capitán y piloto de cada tormenta que en el plantel cruzara.
Desgastar la paciencia, la voluntad al tener que lidiar diariamente con un tipo que planteaba partidos a la espera, con un 9 más cerca de un luchador de octágono que de un jugador de futbol, con mediocampistas convocados a la marca y a la recuperación de posiciones más que al juego. 
Mirando el arco propio más que el arco rival. 
En este contexto debió jugar, debió pasar el 10 los últimos 6 meses.

Mientras, la CD se dedicaba a desmantelar las inferiores con un acuerdo espurio, bajo cuerda, con el Barcelona, que quemó en el alquiler de 10 meses de la Candela lo que se recaudó por la venta total hace 10 años liquidada por esta misma banda.
O el ninguneo de la renovación de Schiavi hasta el mediodía previo a la final, referente y puntal de la recuperación defensiva del equipo. O la incompetencia premeditada para retener a Roncaglia y la irrespetuosidad de no tenerlo en la final por pijotear un seguro de 60000 dólares.
O más atrás en el tiempo, la compulsión desesperada del DT y la CD por traer a Jacob cuando se lesiono Somoza, degradando a Erbes, solo sostenido en su dignidad de jugador del club, salido del club, por el 10 y el resto del grupo.
Muchas cosas para desgastar al único obstáculo que tiene el macrismo para apoderarse definitivamente del club, del cuadro.
En este contexto es entendible que JRR se canse. Que cualquiera, con un poco de ética se asquee.
O que, a sabiendas de que su presencia genera y generará más confrontaciones, haya optado por correrse a un lado para mejorar el clima del club, del equipo.
Nadie puede dudar de su condición de boquense.
Quizás su actitud apele a detonar el uso de lo único que está de su lado: la gente.Los hinchas.
Digo esto cuando se están programando desde los sitios boquenses y las redes, masivas y espontaneas convocatorias de apoyo al 10.
Y lo que es peor para los muchachos seguidores de Durán, muchas además repudiarán al DT y al presidente Chirolita.
Solo la gente de su lado. Nada menos que la gente.
La prensa adicta y comprada, la CD, el DT y  los socios asalariados que votaron este modelo country fashion para Boca,  están en su contra.
JRR, aun a su pesar o quizás sin su intención es el símbolo, como aglutinante de emociones, ilusiones y esperanzas, que estorba al proyecto de privatización de la venta de entradas, de compraventa de jugadores, de curros por donde se mire.
Porque encarna la esencia del hincha genuino, autentico, que le gusta la pelota, los asados con amigos y el futbol.Y quiere identificar a sus jugadores, que duren en le club, que se los vea crecer, madurar antes de liquidarlos en el mercado persa del futbol europeo. El hincha genuino detesta el modelo mejicano de rotacion constante y falta de identidad que las S.A. han instalado por aquellos lados.
Por eso la gente lo respalda a JRR.
Casi como símbolo mas que como persona o jugador.
JRR parece, en este futbol transa, traidor y ventajero una de las pocas reservas éticas que van quedando.
Quizás allí este una de las causas de semejante revuelo.Al fin, hasta aqui sería un jugador mas que se retira, que se va. Como Verón, Milito o Fuertes.
Pero no. La gente siente que con JRR se va de Boca el futbol, empujado por el pijoterismo de un DT mediocre.Y se van los pibes que triunfan desde las inferiores, hipotecadas por los mercaderes. Y se van tambien los viejos códigos de no vigilantear no traicionar, combatidos por los corredores de chimentos y fabricadores de versiones...
No. Si se va Riquelme, Boca no pierde solo al 10...pierde mucho mas.Y lo que es peor es quien gana.
Por esto, la actitud, el gesto de JRR, más allá de hacia dónde dispare y termine, me hizo acordar a otros gestos, de otros protagonistas que asqueados, hartos de las miserias y los acomodos, de los operadores ,de los vendidos y comprados del negocio del futbol, han tomado actitudes éticas, disimuladas en cansancios, falta de energía o vacío y han tenido la dignidad de irse, de sacudir el tablero.
Me acorde de Bielsa, yéndose de la AFA, o de Borghi cuando se fue de Boca o de Carrascosa, renunciando a la selección, o JRR en una ocasión similar. Y otros. Pocos, pero más.
Todos gestos.Quizás sin consecuencias.
Apenas señales mínimas en un mar de iniquidades y traiciones.
Apenas gestos, solo eso tenemos por ahora, pero que alcanzan para creer que una opción ética es posible en este mundo, el del futbol, el de todos los días.
Un futbol inundado por un miasma descompuesto donde apesta el olor del poder económico corrompiendo el mejor juego y donde chapotean felices los niembros, los macris, los grondonas, y todos sus cortesanos.
En la misma mierda. 
Todos manoseaos.

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