
Fútbol que me hiciste mal…habría dicho el poeta si en vez del 2x4 se hubiese dedicado a la línea de 3 o al doble 5.
Y sin embargo este fútbol que enferma lo hace desde su propia enfermedad. Mas que enfermar contagia.
Contagia desgano, desazón, aburrimiento. Contagia histeria, mentiras y mediocridad.
Este fútbol que pasa de largo, sin gloria y con pena, haciendo los fines de semana lánguidos e interminables en transmisiones y partidos que no entretienen a nadie.
Pareciera una burla del destino, de aquel pasado de restricción codificada, de espiada clandestina por arriba del tapial, de apenas algún partido en cada fecha y del chantaje del “mirá los goles pero aguantate a Macaya” hemos pasado a este continuado de sábado de superacción futbolero, cansador y repetido.
Y en medio de algunos aciertos, pocos, la pantalla expone
la figura obscena de Araujo burlándose con su protagonismo de nuestras esperanzas de cambio y ostentando la impunidad del que conoce su calaña y sabe de su poder.
El fútbol argentino hoy lucha entre la mediocridad que le deja el vacío de talento generado por la venta prematura de precoces jugadores y el mísero e inutil voluntarismo de los dueños de la manija para que no se les siga muriendo el negocio.
Y después se lamenta. Se lamentan. Todos.Jugadores, DTs, dirigentes, periodistas e hinchas.
Todos se lamentan lo que cada uno con su aporte contribuye a destruir.
Así, el único residuo de la participación argentina en la copa internacional en juego, entra por la ventana, sostenido en la suerte y el momento de su arquero.
El otrora Rey de Copas obtiene un papel secundario en la película de las semifinales.
Decadente y pobretón, el viejo actor protagónico de finales en los 60's, representa al minusválido de la serie actual.Y a la hora de las apuestas, es el que más paga en Bwin, el que mejor recompensa ofrece si gana.
¿Será que es el de menos chance?
¿Será que la chance la otorga el nivel futbolístico?
Como se dice por ahí ¿será que nadie da dos pesos por el veranito del rojo?
El resto de los equipos locales se fue despidiendo malamente y de a uno, jugando mal y peor y perdiendo con otros equipos argentinos o extranjeros que 10 o 20 años atrás no conocíamos y hoy parecen potencia al lado de los nuestros.
Hace unos días se sorteó la Copa América y el comentario general de la comparsa que se autodenomina “periodismo deportivo” hablaba de la bondad del bolillero para con la selección argentina.
Arrancar con Bolivia” dicen “es una buena noticia a partir de que es uno de los más débiles y en la segunda fecha se podrá especular con el resultado que haya salido del partido entre Colombia y Japón”.
Tan lúcido razonamiento palabras más o menos, pudo escucharse en La Red, en Fox y en ESPN por radio.
Obviando estúpida y premeditadamente el último partido que nuestras estrellas jugaron con Bolivia o con Japón.
Agrandados porque “tenemos” el as de espadas y el de bastos sin darse cuenta que estamos sentados en una mesa de póker, tan de moda en estos días.
En medio de la barranca y cayendo, River recibe a Boca un martes a las 7 de la tarde porque su cancha “de fútbol” fue ocupada por los Jonas Brothers, grupete musical con la misma entidad artística que Los Parchís y una perspectiva de perduración similar, pero con marketing para clase media y alta.
Serán este desprecio borgiano, esta forreada desde otros ámbitos por el “más popular de los deportes” premeditados?
¿Estarán promoviendo el desgano y el desinterés por nuestros cuadros para generar la indiferencia inevitablemente necesaria para apropiárselos definitivamente?
“Puede ser”, me dice Kurku, con resignación, cuando le planteo la idea.
¿Y los protagonistas que hacen al respecto?
Miran y son estúpidamente cómplices desde la incompetencia, la veleidad o la torpeza.
El día a día, las urgencias, la histeria general motorizada por el periodismo al servicio del negocio, los hace perder el rumbo, confundirse y subirse al tren del discurso fácil y la propia victimización.
Cappa, que había logrado reinstalar la discusión entre juego y resultado, entre estética y contabilidad, entre utopía y pragmatismo, se perdió en el laberinto que el negocio le armó.
Peleó más contra referis y fallos que contra él no juego de los suyos.
Se ocupó de corregir los factores que le arruinaban el resultado sin atender los que le jodían el juego.
Perdió la brújula de su búsqueda, dando explicaciones a quienes no la merecen y abrumado por los mercaderes que le condicionaron el camino.
Por eso la pérdida de rumbo de Cappa y su salida han sido saludadas con tanta indisimulada algarabía por ambos extremos del dial. Separados pero unidos en el resultadismo productivo.
Los de Niembro, en una punta, se congratulaban de que River “haya entendido la situación en que está”.
En la otra, los de V.H.Morales ponderaban las habilidades declamatorias de Cappa que le habían permitido “lograr la complacencia de parte de la prensa a un DT común” descalificando méritos y propuestas. Todos la misma lacra.
El pragmatismo numérico había triunfado y la utopía de jugar bien, una vez más entregaba el marrón.
Desde el banco, River hace entrar a JJ, un crack de aquellos, que jugaba y hacía jugar pero que agiornado al rol de DT es precavido, temeroso y más predispuesto a conservar la quinta que a cultivar un jardín.
¿Se pondría el negro Lopez si se tuviera en el plantel?¿Se resignaría al picapedrismo de un 8 “de estilo moderno” en vez de darle pista a un JJotita que, como él, apunte casi para un solo arco?
Se quede o lo reemplacen, quien llegue arranca preso de la historia reciente.
El fantasma de Cappa con su fracaso y despido le estarán señalando lo que NO le conviene.
O sea, buscar el fútbol, pensar en el juego.
En la misma barranca está Boca, sin poder hacer pie en las piedras flojas de “un año político” que promete hundirlo más de lo que se ha sumergido desde la salida de Macri y el destape de chanchullos que precipitó esta falta de cobertura más la muerte de Pompilio.
Ameal no tuvo el coraje de mantener a Bianchi y permitirle la depuración interrumpida del plantel y de la estructura deportiva.
Tampoco se animó a depurar una comisión directiva, donde hay más Cobos que en Mendoza.
Sin tener el carácter y la preparación para dirigir semejante barco, Ameal naufraga entre buenas intenciones, chambonadas y enjuagues espurios en la esperanza que mediados del 2011 lo encuentren campeón y le entreguen 4 años más de figuretismo.
En este contexto, el otro timonel que podría conducir la nave, al menos en lo futbolístico, naufraga en sus propias debilidades de carácter y descubre demasiado tarde que Boca deslumbra pero como el sol, si te acercas mucho te quema.
“Se equivocó la paloma” decía el Nano.
Se equivocó el bichi dicen en el barrio. Creyó que Boca era Colo Colo, que Palermo era Suazo, que Argentina era Chile.
Se equivocó feo el bichi.
Subestimó el ambiente, la falta de códigos, tan canallescamente asociados a mafia cuando códigos en el barrio es sinónimo de valores.
“El hombre para ser hombre, no ha de ser batidor” ese es un código y en nuestro fútbol, en Boca especialmente, no lo respetan ni los dirigentes, ni los jugadores y menos los periodistas.
¿Y por eso juegan todos así de feo? Me pregunta con malaleche Kurku.
Sí, en gran medida. Todo este clima, esta sobre valoración de “si no ganas, fuiste”, toda esta histeria, empuja a los DTs a la inseguridad y a los cambios constantes, a ver si “encuentran el equipo”.
Cappa explicó sus interminables cambios en el medio con esta respuesta. "Cambié tratando de encontrar el equipo".
Borghi ha justificado de la misma forma las incesantes pruebas en los laterales. Estos días confirmó y separó a Lucchetti en una misma jugada.
“Me voy…,me quedo…”
Borghi duda a la hora de definir. Imperdonable para un delantero.
"¿Y los mejores, los que pelean el título? ¡esos andan bien! ¿no? "sigue metiendo fichas Kurku.
Él sabe que
EDLP también se desbarranca pero lo disimula con el oficio de Verón, Braña y alguna ayudita de los amigos.
O el
Banfield de Falcionni, que pareciera jugar al "fútbol total"según el discurso del DT y apenas
es algún chispazo de Ervitti y puro centro, como lo deschavó Cappa.
Velez y quizás Godoy Cruz hayan mostrado algo de futbol, pero confirmando la mediocridad general, GC le dio la primera alegría a Quilmes, que le ganó sin gente y con jugadores amenazados.
Aquellos amantes de las cábalas, posiblemente repitan el ritual esta semana por lo que los chapistas del sur seguirán teniendo trabajo.
Y así deambula el día a día del futbol argentino, con menos gente en las canchas, bajas audiencias en televisión y poco debate en blogs, webs y bares y cafetines.
Quitándonos las ganas de verlo.
¿Cuál es y quien tiene la solución?
¿Hay solución?
¿Se podrá cambiar esta realidad tan pobre en figuras, juego y debate?
El enfermo esta jodido y los tordos dicen pronóstico reservado.
Nosotros cada vez tenemos menos esperanza.