Figuritas y manies

Tendríamos 14...15...16 años cuando el Hugo, zurdo, compañero de defensa en el equipo de baby del club entró a trabajar de cadete en la farmacia de Camaño.
En esa época y en esos barrios, todos buscabamos algún laburo apenas pisabamos los 13.

Edad en la que empezabamos a dejar de juntar figuritas y soñabamos con juntar plata. Cambiabamos todo el albún por la difícil... sin darnos cuenta que después no íbamos a tener donde pegarla.
Muchos se sumaban a la deserción escolar temprana, excusandose en esa necesidad de trabajar, otros seguíamos con los dedos entintados y changueabamos en lo que se podía.
Vendedores ambulantes de Laponia Heladooos, acarreando como yugo insensatas heladeras "portatiles" de lata, rellenas con hielo seco. Ayudantes en tornerias o talleres que barrían y limpiaban mientras se amigaban con algun oficio.Cadetes varios, todo servicio. Peones de reparto.
Asi ibamos aprendiendo a ser útiles e independientes. Y todo el tiempo libre, dedicado a jugar a la pelota.

Decía que el Hugo entró en la farmacia.
Camaño era un tipo relativamente joven que tenía el negocio en el bajo, a unos 15 minutos de colectivo de casa. Era petisón y tenía un pibe, un coloradito de 5 o 6 años.
La cosa es que Camaño era fana de Argentinos Juniors. Fana y socio. Fana de ir siempre a la cancha de local, con el pibe.
Sabiendo que al Hugo le gustaba la pelota, un domingo lo invitó y le dijo que si quería trajera a algun amigo. Ahi aparecí yo, de regalo.

Asi fué como, el Hugo, temprano hincha del Rojo con el orgullo por Pavoni , el Pato y Bernao todavia intacto y yo, extrañando a Rojitas y soñando con la magia de Patota, empezamos a seguir al bicho, de local y de ronga.

Eran épocas mas humanas donde la vida se disfrutaba sin play pero con amigos.
Nuestras idas a la cancha hasta esos dias, habian sido con mi viejo, en el Ford 36, donde cargaba 5 o 6 pibes del barrio y nos llevaba a ver a Tigre, Platense, Chaca, Morón o cualquiera por el ascenso que quedara cerca y jugara con alguno de afuera:Colón, Unión, Central Córdoba.
La cosa era que no fuera mucha gente.
No ibamos solos. La puerta 12 se había llevado a 2 pibes del barrio y había dejado huella.

El viejo nos llevaba pero no nos andaba cuidando. Se compraba una bolsa de manies calientes y se iba a ver el partido caminando por la tribuna y nos dejaba a la nuestra.
Asi me cuentan los recuerdos, ¿quien sabe si será cierto? ¿Serían Unión, Tigre o cuáles equipos?

Lo cierto es que todavia huelo esos manies calentitos de algunos sábados por la tarde.

La cosa que, de ir a la cancha a seguir la B o la C, gracias al boticario empezamos a ir a ver al Bicho a García y Boyacá.

Allí vimos jugar sin atender demasiado, en las previas y en los entretiempos, unos pibitos de las inferiores, gurrumines a los que la pelota les quedaba grande, entre los que, despues supimos, estaba el mejor.

Seria el 71 o el 72, por ahí .
En Argentinos aparecia un medio que jugaba a lo Riquelme: el ruso le decían y se llamaba Peckerman. De 11, wing izquierdo a la antigua, encarador, rapido y golero jugaba un pibe que se fue rápido, me parece que a España: Zubiría.
Jugaban Cordero, Tardivo, que creo venía de Colón y atajaba Spilinga , arquero a la antigua, a lo Roma, fisicudo y volador.
El 6 era un grandote duro y elegante, que fue a River:Hugo Pena
El técnico era un viejo sabio:don Victorio Spinetto.

No sé, ni recuerdo ningún rival, ni tampoco los resultados pero si me acuerdo que jugaba lindo, tocaban, circulaba la pelota y "tiraban paredes" el mejor indicador del estilo de un equipo. Disfrutabamos ver al bicho mientras seguiamos con la spika a Boca o al rojo.
Quizas desde aquella época empecé a querer el juego mas que los números.
Quizás le deba a aquel Argentinos el don de disfrutar la estética por encima del resultado, el valor de lo lindo por sobre lo útil.
Quizas por eso esté contento con este presente del Argentinos de Borghi, que quiere jugar siempre. Que va para adelante y se expone. Que no especula, que no negocia.
Que se ganó la dificil jugando y que sueña llenar el álbun para canjearlo por la número 5, no para venderlo a un coleccionista.

Es como el Huracan de Cappa, que nos invitaba a ver los partidos.
Ojalá le pase pronto a River.
Ojalá venga Borghi a Boca, asi disfruto con mis colores.

Ojalá el fútbol, el nuestro, el que dá gusto ver, siga brotando, cerca de la raiz, en la base troncal de nuestro estilo.
Especialmente en estas épocas donde, allá arriba, en la copa, casi nos podaron la ilusión.
Salute

Para Anti DAM que quería que escribieramos algo de Argentinos.Es lo que hay, y me dió gusto recordarlo.