Pronósticos deportivos

Al Ñato no lo conozco demasiado. Sí desde hace bastante tiempo. Más de 20 años. Pero apenas sé quién es. Ni le conozco el nombre, Ñato, así se llama. Ni sé adónde vive, ni a qué se dedica. Alguno en el barrio dijo que apareció hace unos años y que hace changas de pintura o jardinería. Tendrá más o menos 70 años, bien llevados, con cierto aire a Luppi.

Lo vengo viendo desde el 80 y pico en el andén de la estación Padilla, casi cada mañana cuando espero el tren a Villa Rosa. Esta sentado en la barra del copetín del andén, conversando con el dueño. A la tarde, a veces lo encuentro en el billar que está a media cuadra de Mitre, en una mesa. Siempre está tomando caña Legui o grapa Valleviejo.
Yo suelo quedarme, camino a casa, un rato en el billar, tomo un café y sigo. Así, con los años muchas veces coincidimos y conversamos de cualquier cosa, fútbol, política, laburo.

Como sea, el tipo tiene una predilección por hacer pronósticos. Le gusta decir qué va a pasar. “Este no dura más de un año”, “no te calentés, en unos días conseguís laburo de nuevo”, “la parrilla esa cierra en dos meses”, “Cobos va a votar por no”
Nadie se tomó nunca el trabajo de verificar sus aciertos, ni la frecuencia.
El otro día, cuando le dije si quería pronosticar los partidos de cada fecha, agarró viaje enseguida.

Ya le había contado de La Mesa y de las charlas y discusiones. De Tonio, de Juan M, de Dante y de todos los demás, por eso cuando esta mañana lo encontré en la estación y le dije “Ñato, no pegás una!! En la mesa se cagan de risa”, me contestó “Sabés que pasa Muñeco, si yo les digo como va a ser el resultado real de cada partido, pierde gracia”

“Pensá, ¿Qué hubiese pasado si en la fecha anterior, el sábado a la noche hubiese dado el resultado de los 6 partidos jugados? ¿cuál hubiese sido la expectativa de los hinchas para los 4 partidos que faltaban?
Más de uno hubiese empezado a resignarse a la derrota y alguno hubiese empezado a festejar a cuenta.
Y si al final de la fecha se cumplían 10 de 10. ¿Cuántos hinchas de los equipos que anunciaba que iban a perder en esta última fecha me hubiesen puteado?
Y si avisaba los 10 resultados cada viernes a la mañana, en cada fecha ¿Cuántos hubiesen seguido mirando los partidos, cuantos seguirían yendo a la cancha sabiendo que perderían el clásico?
Si yo dijera cuál va a ser el resultado de cada partido, mato el fútbol, Muñeco.

Mato el fútbol.

¿Cuánto pasaría para que Niembro o Macaya salieran a proponer no jugar los partidos y así ahorrar los gastos de organización? O peor, proponer jugarlos con cualquier formación, alquilar las camisetas titulares, el banco de suplentes, el buzo de DT, total el resultado ya estaba.

Y para esos, el resultado es lo único importante.
Funcionarían las apuestas, funcionaría la publicidad, funcionarían los torneos, pero dejaría de existir el futbol.
¿Para qué queremos ver a Messi, a Henry, si ya sabemos que el Barcelona ganó? Encima, con el poco tiempo que se tiene en esta época, ¿a qué perderse más de 2 horas para saber si de casualidad el Sevilla le gana al Real, si lo importante es sólo eso, el resultado final. Si le gana. O si pierde.
A lo sumo, por un tiempo, los más nostálgicos verían el resumen y los goles en 15 minutos el lunes, y listo. Hasta que todos se acostumbren y el fútbol pase a ser sólo la comunicación del resultado. ¿Acaso no es para muchos lo único importante?

Pero ¿sería fútbol eso, Muñeco?

¿Qué contestarías si te preguntan, como juega Boca? ¿Cómo fue el gol? ¿Sería lo mismo el 3 a 2 de ayer, puesto en una planilla, comunicado en una cartelera, leído en el diario, avisado por Niembro, que esos 90’ de juego?

¿Leer que Riquelme hizo el 2do gol alcanzaría para sentir lo mismo que ver la pelota bajo su suela o verla clavarse en el exacto ángulo entre poste y travesaño?

¿O leer que Palermo definió el partido con un gol de cabeza tendría el mismo valor que ver el optimismo y la fé puesta de manifiesto en ese cabezazo?

No, Muñeco. Lo importante del fúbol es justamente todo lo previo al resultado. Lo valedero, lo instructivo, es lo que uno ve en el juego.

Las miserias, las lealtades, la inteligencia, la ingenuidad, la valentía, el miedo, la viveza, la estupidez, la habilidad, la torpeza, eso es el fútbol, el resultado es lo de menos, el resultado adorna. El resultado decora, hace ganar plata, sirve para armar un ranking, estadísticas, campeonatos, pero sin el juego sería solo un sorteo más, un evento más del azar, el riesgo país llevado al fútbol, un número sin sentido.

Por eso, Muñeco, nunca te voy a dar los resultados correctos de los 10 partidos. Y sólo algunos serán reales. Y lo bueno de que algunos sean falsos es que cada uno mantendrá la esperanza de que su equipo gane, aún cuando el Ñato haya dicho que perdería, o la ilusión de que el pronóstico que da a su equipo ganador sea uno de los verdaderos.
Y seguirán yendo a la cancha, y se sentarán a ver el partido y palpitarán y disfrutarán del juego, que de eso se trata.
Al fin y al cabo, ya se conoce el resultado del partido de la vida, y sin embargo nos empecinamos en jugarlo”

Terminé el café y lo saludé. Llegó el tren y me fui. Pensando en lo que me había dicho. Y no es poco para un viaje en tren a Villa Rosa.

Esto me lo contó Kurku.
LQS