La novela de Boca - Parte 3

No sirvió de nada el resultado futbolístico de Ischia, campeón en el 2008, que fue ignorado y minimizado por la prensa comprada. Tampoco se resaltó correctamente el balance en las finanzas que se logró a partir de mediados del 2009. Ni la mesura en las renovaciones de contratos, en las compras y en las ventas. No se dio crédito a la participación de Boca en el torneo amistoso internacional de mayor relevancia de los últimos 20 años. Sólo podían leerse y oírse críticas, denuncias no probadas, insinuaciones de sospechas, operaciones de prensa aprovechando a algunos jugadores, que aun a riesgo de ser idiotas útiles a los intereses de turno se prestaban al circo y al chismerío para mantener un protagonismo y reconocimiento que cada vez les resultaba, les resulta, mas difícil sostener en la cancha.
La campaña mediática fue terrible y sin descanso.
Bianchi aguantó.
Desde su “soberbia” y su indiferencia, soportó cada embate y cada nueva versión que lo atacaba.
La duda era cuánto aguantaría Ameal la presión de los medios y de la vieja dirigencia. Una primera prueba surgió cuando Ischia , después de una mala campaña en un semestre tuvo que irse empujado por la prensa que no dejaba de alimentar la bronca futbolera de los hinchas.
Closs, Palacio y Niembro estuvieron a la cabeza de un ataque salvaje y descalificador a la gestión de Ischia, que en los hechos fue lujosa comparada con la de otros fiascos deportivos del momento, amparados y protegidos por el poder merdiático.
El River de Simeone renunciado sin tanto ensañamiento periodístico había terminado último, el Independiente de Santoro antepenúltimo en ese mismo torneo y apenas más arriba en el clausura 2009.
El San Lorenzo del reciclado Simeone sacó un punto más que en el repudiado Boca en el torneo que le costó el puesto a Ischia. Simeone sigue en San Lorenzo. También tristemente eliminado de las copas y sin mostrar nada mejor que Ischia.
La cosa no era con Ischia, que al cabo no es ni peor ni mejor que el resto.
La cosa seguía siendo con Bianchi, que los exponía en sus miserias cada vez que los confrontaba.
Echado Ischia, los candidatos del manager eran Alfaro o Cuper, dos DTs sin relación previa con los jugadores, con un trato distante (especialmente Cuper) con los merdios y que podrían tomar libremente decisiones en la conformación del plantel.
Las candidaturas fueron descalificadas en forma terminante. Alguno de los mercaderes llegó a decir que Cuper era un técnico perdedor, sin espalda ni chapa.
A Alfaro se le cuestionaba una supuesta falta de manejo del plantel de San Lorenzo en ocasión de su paso por Boedo.
Cediendo a las presiones y a modo de cerrar un frente de conflicto, Ameal transó en traer a Basile, candidatura impulsada por Crespi y en ese momento, funcional a los intereses de la caterva.
Ameal pensaba limitar de este modo, contentando a Crespi, la oposición a su gestión en el macrismo más puro.
Mientras, trataba de negociar con su amigo Niembro un mejor trato a su gestión en Boca. Bianchi subordinó su opinión a la de Ameal, y defendió personalmente la contratación de Basile.
Aquellos que creyeron que sus dichos ”es el mejor técnico para este momento de Boca” se referían a la promocionada e inflada interna del plantel, compraron la versión mediática y no atendieron la real y feroz interna dirigencial que supuestamente Ameal tranquilizaba con esta medida.

Si los resultados hubieran acompañado la gestión de Basile, quizás la táctica de Ameal hubiese dado resultado, pero lesiones, incapacidad propia de manejo y bajo nivel futbolístico general prepararon el caldo de cultivo para la puesta mediática preparada para fin de año que hablaría de fracaso, internas, privilegios, etc.
La aparición de ignotos y mediocres personajes, declarando y reclamando por espacios de poder y protagonismo fue demasiado para Bianchi y para Basile, dos tipos que, presos de sus códigos, prefirieron irse a seguir siendo utilizados como campo de batalla donde las bandas de dirigentes defienden y pelean su miserable cuota de poder al compás de la música que tocan los mercaderes enquistados en los medios deportivos.

Ameal ya está más sereno. Cumplió con los amos y espera la recompensa. Ayer nomás Niembro en Fox comenzó a devolverle las gentilezas: elogió el ordenamiento financiero que hay en Boca gracias a… Ameal.
La comisión , como muchas bandas mafiosas, se mantiene unida . Crespi, Buzio, Beraldi, Palmieri, figurones cotidianos en los medios hasta hace unos días se retiraron a sus vacaciones y respiran tranquilos.
El proyecto de Macri promocionando a Barros Schelotto como técnico, con Palermo en el grupo tiene futuro en junio si a Alves le va mal.
La casa está en orden, diría el hijo de Franco, si algo lo uniera a la ética de Alfonsín.

Por ahora, su imagen y proyección política sólo debe luchar contra su propia incompetencia para hacer nada.

Esa que lo separó de las empresas del grupo, por orden de papá Franco, que prefirió becarle su campaña en Boca a dejarle administrar sus bienes.
Esa que le hizo elegir a Bilardo y después a Veira en una época de verdadero despilfarro y descontrol futbolístico.
La misma incapacidad que lo llevó a buscar al actual presidente de River al mundial de Francia y contratar a disgusto ante su rechazo, por recomendación reconocida públicamente de Digon, al técnico que lo proyectaría junto al JRR del 2007 a su actualidad política.
Por ahora, las cosas están acomodadas.

Aún así, no duermen del todo tranquilos. A veces, todavía les retumba en el oído la peor de las noticias y avisos “No descarto volver a trabajar algún día en Boca Juniors y lo haría con mucho placer con aquellos dirigentes que suman y no con los que restan” saludó Bianchi a los hinchas en su despedida.
Saben, Macri y sus secuaces, que ninguna campaña de los mercaderes de la información podrá cambiar la opinión y el reconocimiento mayoritario de los hinchas y socios de Boca respecto a la integridad de cada quien.

Saben también que el 2011 está ahí, a la vuelta.